Con las palabras “Yo te absuelvo de todos tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, pronunciadas en el confesionario, los sacerdotes católicos dicen perdonar los pecados. Según ellos también las cuatro palabras, “Este es mi cuerpo”, pronunciadas desde el altar durante la misa, convierten, el pan en el cuerpo de Cristo. Desde la cuna hasta la tumba, los sacerdotes católicos cuidan de los católicos—niños y niñas, hombres y mujeres por igual—con supuestos poderes para ayudarles espiritualmente. Mientras usted ve este video, oramos por una manifestación del amor de Dios y de su poder y gracia para su gloria y para la salvación de las almas. Si usted ha sido conmovido personalmente por este video por favor háganoslo saber.